Pili G. Barrón nos muestra una obra donde el hilo
conductor son las palmeras.
Palmeras reales, ficticias, ilusorias.
Con todo lo que son y lo que evocan.
Permitiéndose jugar con las imágenes y las palabras en un intento por romper la monotonía.
Y aunque el motivo aparentemente es común, debido a la versatilidad de las palabras, y, aún sujetándose a la motivación inicial y desencadenante, la creación se dispara en mútiples direcciones sufriendo una evolución: el paisaje se transforma en retrato; el objeto físico, en abstracto y la oscuridad en luz.
EN LA PUERTA
PRELIMINARES
PRESENTACIÓN
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